domingo, 30 de octubre de 2016

¿Innovación pensando en el lucro?

El experto David Roberts, en innovación y miembro de Singularity University, la universidad de Silicon Valley, cree que la certificación ya no es útil. Y cuando habla de la certificación, se refiere al peregrino modelo de enseñanza actual basado en las mismas materias estudiadas desde hace más de cincuenta años, y su sistema de acreditación y control de las titulaciones.
En su universidad, los alumnos están llamados a utilizar la tecnología para resolver los ocho grandes desafíos del planeta: alimentar a toda la población, garantizar el acceso al agua potable, la educación para todos, los servicios sanitarios básicos, la energía sostenible, vigilar la seguridad, cuidar el Medio Ambiente y acabar con la pobreza. Todo en menos de 20 años. En este aspecto, imagino que, con la aplicación de la tecnología, no sea necesario el esfuerzo de muchos estudiantes y nos llegue a tiempo a los que ya nos cuesta hasta leer dos páginas de un libro del “tirón” …

Según expone en la entrevista, los programas académicos cerrados y la acreditación ya no tienen sentido porque en los cinco años que suele durar los grados los conocimientos se quedan obsoletos. Ellos no ofrecen grados ni créditos porque el contenido que enseñan cambia cada año:
“Tenemos que darnos cuenta de que la vida es corta y de que puedes hacer cosas ordinarias o extraordinarias. Cuando estás en clase con otras personas, empiezas a darte cuenta del potencial que tienes, tu visión de ti mismo y de futuro cambia. No llegas a ese punto con el método habitual de recibir información únicamente.”
“La educación se ha roto. Hemos enseñado a la gente de la misma forma durante los últimos 100 años y, como hemos crecido en ese sistema, creemos que es normal, pero es una locura. Tenemos que enseñar herramientas que ayuden a las personas a tener una vida gratificante, agradable y que les llene.”
Hoy en día, la cuestión más importante que nos planteamos todos es la del futuro laboral, ante las expectativas tecnológicas que nos acechan. Según las ideas propias del gurú, el ingenio es infinito, y si hablamos de dinero, el ingenio se eleva exponencialmente, y desarrollaremos la imaginación de forma descomunal para resolver esos problemas de futuro: “La cuestión que me preguntas es si el dinero va a ser más o menor importante en el futuro. Yo solía pensar que la evolución de la tecnología hace que los costes bajen y que la gente pague menos por los mismos servicios. Siguiendo esa predicción, se podría pensar que vamos a trabajar menos porque no necesitaremos tanto dinero y vamos a tener más ocio. Es incorrecto. El ser humano va a seguir creando productos excepcionales, como el iPhone; todo el mundo querrá uno. Tendremos que ser capaces de crear valor para generar dinero y poder comprar esas cosas. La realidad virtual, la impresión 3D, o la salud van a ser algunos de los campos que nos van a sorprender. El mundo seguirá girando alrededor del dinero, que es la energía para hacer cosas o cambiarlas. Esos nuevos inventos te inspirarán a trabajar para poder comprar.”
Vienen retos muy interesantes para la población que dispone de los recursos suficientes y necesarios para un potencial desarrollo, pero no podemos olvidarnos del mayor porcentaje, en constante incremento, de habitantes de este mundo que tan apenas pueden comer, no ya trabajar, y que será extremadamente complicado que puedan utilizar su imaginación para crear ambientes “cool”.

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