lunes, 31 de octubre de 2016

URBÓTICA y la industrialización de la construcción

Parece ser que se están dando pasos de gigante en la industrialización del sector de la construcción y las infraestructuras. Siempre se ha pensado en el retroceso que este campo tenía con respecto a la innovación tecnológica, la digitalización y otras modernidades. A pesar de que era algo necesario e imparable, también es cierto que influye de manera muy notoria el gran peso de la mano de obra que soportan las construcciones y obras. Ya sabemos, que el artículo número uno es eliminar problemas, y la mano de obra es un problema hoy en día. Y si además, esa mano de obra es de las menos cualificadas, el problema se multiplica.

Llegan tiempos nuevos para el ladrillo, para bien o para mal. Positivo para los que sean capaces de adecuarse a las circunstancias, y negativos para los que se queden de piedra esperando al santo advenimiento.
Tal es ya el movimiento, que se ha visto reflejado hace poco en Madrid, en el evento internacional ePower & Building, que por primera vez une todas las ferias relacionadas con el ciclo constructivo (Construtec, Veteco, BIMExpo, Matelec y la recién creada Urbótica) con la idea de compartir sinergias y convertir esta cita en referencia para el sur de Europa.
Así, de esta forma, los profesionales han podido comprobar de cerca como las empresas expositoras son capaces ya de levantar estructuras prefabricadas de hasta 20 plantas en altura y realizar una vivienda industrializada inteligente de la empresa compuesta por dos módulos ensamblados en la misma feria para su exhibición.
El comentario más extendido hace referencia al ahorro de costes y a la velocidad de ejecución, sin despreciar la considerable mejora de la calidad y los acabados.
Todo parece encaminado, finalmente, a lo que tantos técnicos en ejercicio y en proyecto temían, a la industrialización y al potencial fin de humanizados diseños y deshumanizados presupuestos.
Ahora, la misión es conseguir que las máquinas y los programas informáticos coticen también a la Seguridad Social, y si es posible en función del número de trabajadores a los que sustituyen. Se están solucionando problemas de costes puntuales, y se crean otros de mayor envergadura y de muy difícil solución. Esto es ya imparable, la cuarta revolución industrial ha llegado, y con ella la destrucción de cinco millones de puestos de trabajo. Debemos estar preparados para no quedarnos otra vez descolgados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario